lunes, diciembre 01, 2008

Ella

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Ella es gentil, su naturaleza en lo particular me tranquiliza. Hablar de ella, o de alguien en general, creo que siempre es difícil, uno nunca puede ser objetivo, siempre los sentimientos o sensaciones le ganan a la objetividad. Está bien, trataré de hablar de ella, la que se encuentra al otro lado de la historia, al otro lado de la tierra. Ella no sabe, pero sabe. Huele a ¿cómo describirlo? No vuela. Calla. Habla. Observa. Desvía la mirada. Besa. Acaricia. Siente. Alardea. Siente. No sabe. No sabe en verdad. ¿Qué es lo que no sabe? No sabe lo de la otra. Ella. Duele. Le duele. Respira. Aspira. Enloquece. Me enloquece. Escucha. La escucho. Ella. Tantas cosas. Ella no sabe. Es mejor que no sepa. Ella. Quiere. Ama. Tal vez. No sabe. ¿qué no sabe? Que la huelo. Que la respiro. Y ya no estoy hablando de ella, ella ya no habla de ella, de nuevo la tercera voz. Ahora sí. Ella. ¿Quién es ella? Una desconocida. Muy conocida. No del todo. No como yo quisiera. No puedo hablar de ella. Ella ama. Sueña. Teme. Teme. Teme. Yo temo. Me temo. Se teme. Sueña. Ella. Es. No es. Está. No está. Vive. Por ELLA todo vale la pena. ¿qué vale la pena? ¿Llorar? ¿Ella llora? La otra llora. La extraña. Y ¿tú? ¿Quién eres tú qué escribe? ¿quién eres tú para ella? Ya no me hables más. Calla voz. Ella, sí ella. Está allá, lejos. Tú. Eres ella. Las palabras de tanto repetirse no dicen nada. Pero “ella” no cansa. Se cansa. Advierte. Se enoja. Se despide. Sucumbe. Me embriaga. Ella. Así tan simple como la palabra.

¿Ella? Sí, ella. Piensa. Es. Fue. Será. Es una niña grande. Una mujer. Una esperanza. Un sueño ¿para quién? Calla voz. No llores. ¿por qué lloras? Ella tiene un nombre pero no importa. No importa ningún nombre. Para ella sólo es ella. El mundo está a sus pies. Mi mundo. Sólo mi mundo. ¿Certeza? No. Lo único seguro es la muerte, siempre dicen. Y lo otro seguro es que está lejos. Muy cerca. Cerca. Cerca. Tan cerca que la siento tan lejos. Tan lejos como las palabras en la noche.
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A propósito de mandar este texto (no inscrito en este blog) a Lis:

Antes de todo, y sabiendo que ella lo leerá, me predispongo a soltar, dejarme llevar por la corriente de mi conciencia, la libertad, ¿qué es? Cualquier cosa. Estoy ausente de lo que pasa alrededor, me siento bien, conmigo. Me siento mal sin ella. Y no me da pena que los que tengo enfrente me vean soltar esas gotas saladas de las que no hay explicación para que existan. Gotas saladas, sí, eso son. Pero no quiero parecer cursi, nunca lo he querido, siempre lucho contra eso en mi escritura. Ahora mismo no sé qué agregar, lo tengo en la cabeza pero mis manos escriben otra cosa, están en contra de mí, ellas saben que ella leerá este escrito y no quieren que lo sepa, yo, ¿quién soy yo? ¿Qué lucha contra mis manos? ¿mis manos? ¿quién es la dueñas de esas manos que dicen “mis manos”? Pues ellas escriben automáticamente sin hacerme caso, yo quisiera escribir tantas cosas de ella, pausa. ¿Que por qué lloro? Una sonrisa aparece junto a unos ojos rojos cansados de sudar. No, por nada, contesta ese yo, ¿qué escuchas? Me pregunta la voz, hace dos días estuve con ella. Pausa. No puedo controlar este sentimiento, ayer lloré, lloré y hasta el cansancio, y hasta que el sueño me venció, no me di cuenta a qué hora fue, desperté con los ojos hinchados, y sé que ella leerá esto. Y no me importa. Por que ahora estoy segura de muchas cosas, bueno tal vez de sólo una y esa cosa me hace hacer esto, a veces, la mayoría de las veces no me entiendo, y con esto tampoco pretendo darme a entender, cuando en varios días lo relea me daré cuenta de la subjetividad de mis palabras y tendré que desaparecerla para convertirlo en texto literario, ficticio o poético. Tengo, en lo que va del día ya cuatro horas escuchando la misma canción, yo sé cuál es, no es necesario que tú, lector lo sepas. Ella lo sabrá, tú lector, no me interesas por lo pronto, sólo me interesa ella. Ahora que me doy cuenta, ya cambié la voz narrativa, ahora estoy hablando en tercera persona, ¿por qué? Sí, hablar en tercera persona me conviene más.

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